(Riiiiing… riiiiing…) Thábita llama a su peluquera pero le contesta una prostituta. “Querida, quisiera yo ser estilista” y agrega con risa pícara “… Igual estamos a la orden”
Minutos después una diseñadora gráfica renuncia a su trabajo. “Ahora soy dueña de mi vida” exclama la desdichada mientras aparenta plenitud.
Todos buscan afuera. En la trampa caí también.
Prostituta, diseñadora, estilista… qué te va a hacer feliz. Nada lo hará. Se acabó lo bueno, se acabó lo malo, empezó la nada.
Eres lo que haces o eres otra cosa?
Cuando no sé quién soy sonrío. Pongo una cara de idiota que atrae. Y todos quieren la felicidad fugaz de ese instante idiota.
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