Monday, November 16, 2009

Lobos y Vampiros: el mejor escape

"Tum turum, turúm, tumb, tum... Qué frio hace! Estos gringos están locos... X yo disfruto mientras esté acá y listo", pensaba Amapola mientras se fumaba su cigarrillo y esperaba que la fueran a buscar.

"Virginia Slims.... Ultra Lights... MENTHOL.... jumm... Gran vaina..." Asi seguían sus pensamientos mientras caminaba pausadamente de un lado a otro (solo por no quedarse quieta) frente a un Barnes & Noble, cuando de repente leyó la portada de un libro:

"What would you attempt to do if you knew you could not fail" ...

"Mierda! Qué pregunta... No sé....." Su mente quedó en blanco y eso la desesperó.

"Qué idiota, solo yo no sé qué decir frente a una pregunta tan tentadora... Encontrar la cura del sida..? o para el cáncer? Berro si, la sacrificada... Coño pero qué bolas, debería. Pero sólo puedo intentar hacer una cosa o son varias? Si es una, encontrarme una lámpara mágica con un genio que me concediera 3 deseos. Pediría ganarme la loteria de una. Luego encontrarle la cura a estas enfermedades macabras y finalmente pediría que todo el mundo encontrara la paz. Pero no solo la paz en el sentido de acabar con guerras como la de Irak, sino a acabar con el conflicto interno en la mente de todo ser vivo para que al final todos queden como Budda. Aunque si esto pasa.... A Dios se le acaba el trabajo... o mejor dicho, se le acaba su extraño experimento llamado el mundo. Ya no tendría sentido la existencia humana.. O sea ya todo estaría resuelto. Pinga! ahorita pido esa vaina y hay una reacción cósmica inesperada y terminan todos en paz pero yo jodida porque me entrometí en la fluidez natural del universo. Bueno la paz tendrá que esperar... "

Llegó un convertible con una especie de Budda al volante. Escuchaba salsa y sostenía en un extremo de sus labios un tabaco Cohiba. "Hola Amapola" Dijo sonriendo y mirándola de soslayo. "Gozaste?"

Juan Antonio siempre hacía esa pregunta, probablemente porque él, no importase donde estuviese, siempre estaba gozando.

"Si vale" respondió la potencial salvadora del mundo (exceptuando el detallito de la paz), pero no tan convencida. "El libro se puso interesante... ese amor vampirezco lo envidia cualquiera...! Cómo se nota que lo escribió una mujer, aparte. Edward Cullen es, tiene y hace todo lo que una mujer puede desear. Es más, si el precio a pagar fuera ser amenazada de muerte por vampiros coño e madres una y otra vez, con gusto lo pagaría..." Y volteó para ver a su tio, pero este estaba en su propio mundo mientras manejaba, así que Amapola dejó de hablar. Juan Antonio empezó a contarle de su mamá, la santa, y a narrar historias de cuando él era niño. Amapola se entretenía mucho con sus anécdotas pero esta vez la voz de su tio se convirtió en la estática de un televisor y ella se sumergió en sus pensamientos de nuevo.

"Qué intentarías hacer si supieras que no fallarías en el intento? ... Qué marica. Yo pensando en lámparas mágicas y seguramente el autor de ese libro está invitando a la gente a desafiarse a sí misma, a probar sus límites y lograr cosas asombrosas pero reales... Un genio y tres deseos… Soy un genio!" Y sonrió por su niñada.

La parada repentina del convertible interrumpió el pensamiento de Amapola.
“Great, we’re home”. Pensó con el tono más sarcástico que su mente hayó.

Su pensamiento continuó: “Ojalá crazy eyes esté dormida.” Amapola respiró resignada y entró. "Mañana escapo de nuevo" y una fugaz luz recorrió sus ojos.

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